2 de mayo. El reloj marcaba las 19. “Hola ‘Facu’. ¿Cómo que querés ir a La Rioja a ver la carrera del TN? Mejor, ¿por qué no te vas a correr en Las Termas cuando vaya el TC? Hay una nueva categoría para sumarse”, le dijo Facundo Chapur a Gonzalo Andrés Frías por teléfono. “¡Pero estás loco! No estoy haciendo nada, y encima cuesta una fortuna correr”, fue la respuesta del alberdiano. “Voy a hacer todo lo posible para que estés, gratis o con el menor presupuesto posible”, contestó el reconocido piloto cordobés.
Lo ponemos en contexto: Frías (piloto con muy buenos antecedentes en el karting y en categorías de fórmula) le mandó un mensaje a su amigo para ir a verlo correr en la fecha que el Turismo Nacional iba a efectuar en el trazado riojano el 15 de mayo. Y la contrapuesta fue que se sume a la Liga SpeedAgro Racing, división monomarca telonera del Turismo Carretera con fecha para el 8 de mayo en el trazado santiagueño.
Vale el detalle: desde el mensaje enviado y su respuesta, hasta la fecha de la competencia, ¡sólo había seis días de por medio! De locos.
“Nada estaba planeado. Pero desde el llamado todo se fue armando. Se comunicaron Víctor Hugo Escalas y Rubén Oggione, referentes de la categoría. Recibí los costos, pero no podía cubrirlos. No me desanimé. Era un lunes, y salí a buscar sponsors. Hasta el miércoles previo a la carrera nadie me respondió. Ni la revisión médica tenía hecha. Pero el jueves comenzó a haber respuestas. Todo fue como estar en una carrera, pero lejos de una pista”, cuenta Gonzalo.
Frías y Chapur se conocen desde que corrían en karting. Hicieron amistad, al punto que, en sus viajes, el tucumano se quedaba a dormir en la casa del cordobés. Todavía más, asistía a su cumpleaños (el 22 de diciembre) en “La Docta”, y luego se volvía a Tucumán a pasar el suyo, el 24.
Amistad, gestiones, pasión y actitud llevaron al alberdiano a estar presente en aquella carrera de Las Termas el 8 de mayo. En su debut absoluto en un auto con techo, fue 4°. Tres semanas después, en su segunda carrera en la categoría que utiliza autos Fiat Punto, ya se subió a lo más alto del podio. La perlita fue el modo en que llegó a la punta en el veloz trazado rafaelino: antes de la chicana, pasó a varios rivales en una maniobra digna de un maestro del volante.
“Lo mío en el manejo de un auto de carreras es una condición innata: me pongo el traje y soy otra persona. No sabía nada de la categoría, y ya en el primer entrenamiento estaba quinto. Me sale natural, es así. Cuando lo pienso y analizo, todo es distinto. Me pasó en Rafaela”, afirma Frías.
“Gogo” (“me lo pusieron de cariño mi mamá y mi abuela”) tiene 26 años. Está a dos materias de recibirse de ingeniero electrónico en la Universidad Tecnológica Nacional. Trabaja en el negocio familiar de venta de autos, y en otro particular con su esposa, Elena Mateo. Ninguna de estas responsabilidades dejó de lado en los días previos a su retorno al automovilismo. “En algún lugar guardé la ansiedad. Sé que estaba insoportable en casa, que no podía dormir”, se auto analiza.
“Creo que merecía esta oportunidad”, afirma, cuando se le pide una reflexión sobre lo que le acaba de suceder. “Por distintos motivos no llegué a más en el automovilismo. Pensé que ya no se me daba nunca más” cuenta. Pero eso ya es pasado. Para la carrera que viene, en Concordia (26 de junio), ya está trabajando. Así, yendo carrera a carrera, “Gogo” planifica su futuro. “En la Liga quiero continuar. Pero alguna otra categoría quizás haga. Me gustaría llegar al Turismo Nacional. Ojalá pueda hacer algo para Las Termas”, afirma. Esa carrera, en principio, está prevista para el 31 de julio. Mirando sus antecedentes, para él es más que posible.
Reflexión
“Abajo del auto soy puro análisis. Mi esposa me dice que soy serio. En Facebook escribí que el automovilismo da revancha, que la vida la da. Hablé por mí, y un poco por mi familia”, dijo Frías, en un tono de voz pausado.